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Mitja de Gavà 2012

Antecedentes

La preparación para la maratón son doce semanas.

Las primeras tres semanas sigo el plan establecido.

A continuación me lesiono y guardo reposo dos semanas.

Vuelvo a los entrenos habiendo perdido dos semanas y retrocedido otras tantas en mi preparación.

Digamos que vuelvo a estar al inicio de la preparación pero ahora ya sólo me quedan siete semanas.

La primera semana de las ya sólo siete restantes corro la media de Granollers.

Las sensaciones son buenas teniendo en cuenta que, debido a la lesión, he rebajado el nivel de exigencia.

La siguiente semana toco entrenar y correr 31kms., aprovechando la media de Gavá.

Serán mis primeros 31 kms. del tirón. Nunca antes los corrí, a lo sumo 21kms. Así pues todo un reto.

Media de Gavá

La semana previa

Lunes

Tras haber corrido Granollers, salgo a entrenar. Me duele todo. Tal vez debí descansar en lugar de correr. Karim, el entrenador, lo dijo un día: ‘buenos entrenos seguidos de buenos descansos’. Entreno con Anna. Corremos algo menos de 10 kms. Hace frío. Corremos por el frente marítimo. Por ahí siempre hace viento. Y frío. Estas semanas hace frío. Pero ya nos hemos acostumbrado. Los primeros días fueron duros pero nos hemos adaptado. Un par de visitas a Decathlon, buen acopio de material de abrigo y arreando, que llega la maratón y no podemos ir con que si hace más o menos frío. Toca entrenar, sin más consideraciones.

Martes

Me encuentro mejor, incluso mejor que el lunes. Así pues al final no fue tan malo correr. Pasamos frío, eso sí.

Miércoles

Entreno con RunnersWorld. Todo como siempre. Salvo el tramo final. No aguanto el ritmo. No empiezo la quinta serie. De siete. Noto el parón. En Granollers me sentí bien. Pero seguramente fue porque adapté el ritmo a mis circunstancias. Mis nuevas circunstancias tras el parón, tras la lesión. He perdido forma. Estoy débil. Y no sólo de físico. Me falta morder. Como justo antes de la lesión. Esto tendré que entrenarlo. Hay que correr. Y cuando uno ya no puede hay que seguir corriendo. Así es como se consiguen las marcas, los objetivos, la maratón. Seguro en la maratón pensaré cien veces en dejarlo. Y no lo dejaré. Porque lo habré entrenado.

Viernes

Quiero corre pero no lo consigo. Compromisos sociales. Lo dejo para el día siguiente.

Sábado

Corro 10kms. A ritmo medio. Me siento bien. Aunque tal vez corrí por encima del ritmo recomendado. Mañana veremos.

Domingo: día de la carrera

La previa

Hoy tocan 31 kms. Iñaki ha planificado un entreno previo. De 10 kms. Habló con Marc (Hurtado, el míster) y le propuso un recorrido. Marc es de Barecelona e Iñaki y yo de Castelldefels. Conocemos la zona. Haremos pues de guía al resto. Iñaki llevará al grupo lento y yo al rápido. Silvia se queda con Iñaki, con el lento, aunque debería ir conmigo, con el rápido. Dice que así luego podrá apretar en la carera. Corremos la previa. Nos salen los 10 kms. Casi clavados. Me he sentido bien. Hemos ido incluso más rápido de  lo previsto. La idea era ir a 5:00/km y al final nos ha salido a 4:48/km. En principio no hay problema. La mayoría de los que corren, en carrera llevarán un ritmo muy superior. Toni se queja un par de veces. Intento reducir el ritmo pero es difícil. La inercia nos lleva rápidos.

Empieza la carrera

No he visto a nadie. Hemos llegado de la previa quince minutos antes de la salida de la media. He ido al lavabo y saliendo ya sólo me quedan tres minutos. Súper justo. Me dirijo a mi cajón. Dan la salida. Salgo tranquilo. No voy cansado. Pero no tengo esa alegría del inicio de las carreras. Cae el primer km. y me sale bastante rápido. Pero no siento ahogo. Cae el quinto no he aflojado. No me faltan las fuerzas pero tengo como un tope. No puedo ir alegre. Nada de 4:25 ni 4:30. Voy a 4:40 pero no puedo ir más rápido. Tal vez sería mejor ir más lento pero la inercia me lleva. Y no me da la sensación de que me vaya a pasar factura. Llego al 10 y todo según lo previsto. Bebo como preparación para la maratón. No acostumbro a beber. Pero esta vez lo hago. No importa si pierdo unos segundos. Se trata de entrenarlo para la maratón. Entonces lo necesitaré.

A 8 del final

Llego al 13 y de repente noto un cambio. No voy alegre como cuando empiezo una carrera. Al inicio de las carreras me noto fuerte y animado y debo frenarme como media preventiva. A medida que las carreras van avanzando mantengo un ritmo alegre pero es un ritmo auto-impuesto. No noto las fuerzas como al inicio pero sé que estoy fuerte y es por eso que mantengo un ritmo alegre. Sé que estoy preparado para ese ritmo. Y aunque no sea el cuerpo quien me lo dice la mente lo sabe, está segura, lo ha hecho antes. Se trata pues de llevar un ritmo exigente e ir haciendo equilibrios con la respiración. Pero en este km. 13 noto que no tengo fuerzas. El ritmo ya no es alegre. No puedo. Da igual qué diga la mente porque el cuerpo no tiene fuerza. Además, mi mente está poco entrenada. Hace mucho que no sufro. Tal vez un par de meses. No estoy acostumbrado a competir. De todos modos aún empujando la mente, el cuerpo no podría. Estoy lejísimos de la meta. Me quedan ocho kms. Y cuerpo y mente me han desasistido. ¿Qué he hecho mal? ¿Salir a entrenar ayer? ¿Ir demasiado rápido en la previa? ¿Ir demasiado rápido los 15 primeros kms.? ¿Ninguna de las anteriores? ¿Un poco de todas? ¿La lesión? ¿No tuve tiempo de recuperar? ¿Hace mucho que no compito? ¿Los avituallamientos? ¿Desayuné mal o cené lo que no tocaba? No importa. Ahora ya la suerte está echada y no importa el motivo de mi desfallecimiento. No para esta carrera. Tal vez para la siguiente. Pero para ésta ya voy tarde. Ahora sólo toca luchar. Y la cabeza me ha desasistido. Hasta este punto me he ido cruzando con la gente. Me han ido animando y todo iba sobre ruedas. Ahora, hasta el final, ya no tengo a nadie. Ningún aliciente. Ningún estímulo. Y 8 kms. Es toda una vida. Normalmente muero en el 7 de 10 o en el 17 de 21. En un caso a falta de 3 y en el otro a falta de 4. Pero esta vez estoy aún a 8. No puedo rendirme. Ya llevo 23 y sería como tirar todo el trabajo por la borda. Puedo ir lento. Pero no quiero. El tiempo sería un desastre. Y no quiero esta mancha en mi historial. Va Manel! Tú puedes! No puedes pero me da igual. Vas a llegar y lo harás a un ritmo digno. Al máximo que puedas. Como siempre. Esta vez el máximo será poco pero da igual. Vas a darlo todo. Incluso lo que no tienes. Además aún vas por delante de la bandera del sub-1h40. El tiempo aún es digno. Hay que pelearlo. Pero estoy muy lejos. A una vida de la meta.

Una carrera de 8 kms.

Me planteo lo que falta en tres etapas. Una primera de 2 kms. Por el paseo, una segunda de 2 kms. Más, hasta donde está Salvador, y a partir de aquí 4 kms. Hasta la meta. Ya no voy a pensar en 8. Debo sacármelo de la cabeza. Sólo pensaré en 2. Y luego en 2 más. Y cuando queden 4 pensaré en 2 hasta la entrada del pueblo y en 2 más callejeando. Mi objetivo ya no son 8. Son 2. Un primer objetivo de 2. Y ya veremos si hay un segundo. Alcanzo el primer objetivo. No puedo más. No me quedan 6. Me quedan 2 hasta Salvador. Tal vez aún esté al pie de la carretera. Aunque lo dudo. Ya debe estar en el terreno preparando todo para la comida de mediodía. La recta es infernal. Nunca se acaba. Diría que incluso se dilata. Ya llego a mi segundo objetivo. No puedo más. Pero no puedo dejarlo. Y no puedo aflojar. Hay que llegar. Ya sólo estoy a 4. Esto son 2 y 2. Los 2 primeros infernales y a partir de aquí, me digo, ya todo será más fácil: las calles, la gente, el aliciente de la meta.

La bandera del sub-1h40

Estoy a 4 y no para de adelantarme gente. Gente aún con fuerzas. No como yo. A mi me abandonaron hace ya unos kms. Exactamente 4. No puedo más. Al poco oigo pisadas. Pisadas fuertes. Cada vez más fuertes. Viene un grupo grande de gente. Es la bandera de sub-1h40. Dios mío! Qué mal estoy!. Pasan a 4:45/km. Al poco me dejan. Estoy yendo mucho más lento de 4:45/km. Pero no quiero mirar el reloj. A Toni ya hace rato que lo perdí. Lo llevé toda la cursa a la vista pero se me ha escapado. Igual que el fornido grupo del sub-1h40. Me han destrozado. No hay derecho! Es inhumano. Yo luchando, montándome mis mini-etapas de 2 kms. y, de repente, viene el grupo del sub-1h40 para recordarme que voy fatal, que no puedo ni intentar engancharme. Sólo verlos alejarse. Mi único objetivo: verlos el máximo tiempo posible. Pero la recta es larguísima y aún estando lejos los seguiré viendo y tampoco será ésta una buena referencia.

Hay un nuevo finisher de los 31kms.

Ya sólo quedan 2. Estoy a las puertas de Gavá. Adelante Manel! Un poco más!

No puedo…pero llego.

Estoy muerto. Mi tiempo ha sido medio bueno: 1h40:29. Nunca antes había sufrido tanto. Nunca antes me quedé sin fuerzas tan lejos de la meta. Pero lo he conseguido y ya no he de correr más. Ya he llegado. Y el tiempo es muy digno. Doy gracias, y no sé a quien, por haber resistido, por haber sido capaz, por haber buscado donde no había y aún así resistir. No estoy feliz. Sólo cansado. Y tal vez orgulloso por haber conseguido un nuevo reto: los 31 kms. Veinte veces pensé en dejarlo, en pararme y caminar. Pero no lo he hecho. Hoy me he dado toda una lección. Puedo incluso más de lo que creo. Me falta entreno y me falta planificar mejor las carreras y, tal vez, avituallarme como es debido.

Luego una calçotada con los amigos. Magnífica. Cómo me gustan los calçots!

Mañana estaré sin duda orgulloso de mi gesta. Hoy no puedo.